Uno de los mayores retos que enfrentamos en una misiᅵn tripulada a Marteᅵradica en cᅵmo hacer descender naves de gran tonelaje a la superficie de ese planeta. Una soluciᅵn podrᅵa consistir en utilizar la retropropulsiᅵn supersᅵnica al final de la entrada atmosfᅵrica en Marte y, en ese concepto, el magnesio podrᅵa jugar un importante papel.

Ilustraciᅵn de la nave MSL/Curiosity durante su entrada atmosfᅵrica en Marte. Fuente: NASA/JPL.
La tecnologᅵa a dᅵa de hoy solo nos permite aterrizar en Marte naves de entre 1 y 1,5 toneladas. El explorador robᅵtico Curiosity, de casi una tonelada, es el vehᅵculo de mayor masa que ha sido aterrizado en el planeta rojo hasta la fecha. Sin embargo, para enviar seres humanos a Marte, debemos ser capaces de poder amartizar una nave del orden de decenas de toneladas (entre 40 y 50 toneladas).
Cuando una nave llega a Marte con el objetivo de aterrizar, realiza su entrada en la atmᅵsfera a velocidades de unos cuantos kilᅵmetros por segundo, una velocidad que tiene que ser reducida a cero en el momento de posarse sobre la superficie. Sin embargo, la atmᅵsfera marciana es muy tenue -unas cien veces menos densa que la terrestre- y no consigue frenar una nave de reentrada lo suficiente si esta es lo suficientemente masiva.
Al final de la reentrada, la nave llega a una velocidad mᅵs allᅵ de la cual prᅵcticamente no puede ser frenada aerodinᅵmicamente. Dependiendo de las caracterᅵsticas de la nave y debido a la poca densidad atmosfᅵrica, esta velocidad, llamada terminal, es aᅵn supersᅵnica. Dado que se desea, mientras sea posible, que la ᅵltima fase del descenso propulsado para lograr un aterrizaje suave se inicie a velocidades subsᅵnicas, se precisa de una fase intermedia que propicie el frenado adicional hasta esas velocidades.

Desacelerador Supersᅵnico de Baja Densidad (LDSD) durante un vuelo de prueba con el Desacelerador Aerodinᅵmico Supersᅵnico Hinchable (SIAD) desplegado. Fuente: NASA/JPL.
Hasta ahora, esta fase intermedia ha consistido en el despliegue de paracaᅵdas, y en la actualidad se investigan y prueban paracaᅵdas de mayores dimensiones y sistemas de desaceleraciᅵn hinchables que aumenten la superficie de frenado para poder asᅵ aterrizar naves de mayor masa. Sin embargo, estos mᅵtodos solo serᅵn capaces de aumentar la masa a aterrizar a unas tres toneladas. Esto constituye una enorme y muy bienvenida mejora para posibilitar misiones robᅵticas de prestaciones bastante mayores, pero estᅵ muy lejos de la capacidad requerida para enviar seres humanos a Marte a menos que las dimensiones de estos desaceleradores hinchables sean extremadamente grandes, lo cual presenta otra suerte de desafᅵos tᅵcnicos de enorme complejidad que bien pueden hacerlos inviables.
Cuando la masa a aterrizar en Marte es tan elevada como la que se precisa en una misiᅵn humana, una de las opciones que cada vez cobra mayor consideraciᅵn es la de iniciar una retropropulsiᅵn a velocidades supersᅵnicas que frene a la nave a partir de un punto al final de la fase de reentrada atmosfᅵrica hasta posarla sobre la superficie. Esta opciᅵn se estᅵ investigando en la actualidad y no estᅵ exenta de desafᅵos tᅵcnicos.

Imagen tᅵrmica de la primera etapa de un Falcon 9 al inicio de su maniobra de retropropulsiᅵn. Fuente: NASA.
La interacciᅵn entre el flujo emitido por los retrocohetes y el flujo atmosfᅵrico supersᅵnicoᅵque encuentra presenta problemas de estabilidad y control que deben comprenderse antes de que la retropropulsiᅵn supersᅵnica pueda utilizarse en Marte.
Si bien la retropropulsiᅵn supersᅵnica que vuelan las primeras etapas de los cohetes Falcon 9 de SpaceX para su recuperaciᅵn en tierra estᅵ suponiendo un aporte a la experiencia en el encendido de grandes motores cohete contra un flujo atmosfᅵrico a alta presiᅵn dinᅵmica, los efectos con una atmᅵsfera como la de Marte deben ser aᅵn investigados y entendidos antes de llevar a la prᅵcticaᅵesta maniobra propulsiva.
De perseguirse la opciᅵn de laᅵretropropulsiᅵn supersᅵnica, uno de los aspectos asociados a investigar serᅵ el de reducir la cantidad de combustible y oxidante que requiere su ejecuciᅵn. Este es un aspecto de gran relevancia ya que, por ejemplo, el uso de esta maniobra propulsiva para amartizar una carga ᅵtil de 40 toneladas precisa que la nave de reentrada porte consigo hasta 12 toneladas de propergol, del cual casi un 80% serᅵa oxidante.
Toda optimizaciᅵn que implique un recorte de masa sin mermar la eficiencia es siempre bienvenida en una misiᅵn espacial, especialmente en una misiᅵn a Marte ya que resulta muy costoso lanzar y transportar cualquier cosa desde la Tierra hasta ese planeta. En este sentido, hay un aspecto que resulta interesante considerar, y es que la atmᅵsfera marciana estᅵ formada por diᅵxido de carbono (CO2) en un 95%, y el CO2 resulta poseer buenas propiedades oxidantes cuando el combustible es un metal.
En principio, metales como el berilio, el aluminio, el magnesio, o el silicio, entre otros, podrᅵan ser combustibles para un agente oxidanteᅵcomo el CO2. De ellos, el berilio es el metal con el que se podrᅵa obtener el mayor impulso especᅵfico, o la mayor eficiencia; sin embargo, el berilio plantea algunos problemas como el de la toxicidad de sus compuestos o el del reducido margen que acepta en los ratios de mezcla oxidante-combustible. El siguiente metal que ofrece mejores prestaciones y que a dᅵa de hoy resulta ser mᅵs prometedor para su combustiᅵn con CO2 es el magnesio: suᅵreacciᅵnᅵcon CO2 posee una alta eficiencia (un alto impulso especᅵfico) para un amplio rango de ratios de mezcla y el magnesio es de fᅵcil inflamabilidad en presencia de este gas.

Encendido de un motor cohete de CO2 y magnesio. Fuente: Wickman Spacecraft & Propulsion Co.
La idea de usar magnesio como combustible en una reacciᅵn con el CO2 de la atmᅵsfera de Marte ha sido propuesta desde finales de los 80 para poder volar aviones en Marte, por ejemplo, y se ha planteado para algunas otras opciones de exploraciᅵn. De hecho, la empresa Wickman Spacecraft & Propulsion Co. demostrᅵ experimentalmente la viabilidad de motores cohete y turbojets usando CO2 y magnesio a finales de los 90 con la idea de su uso en Marte.
Por otra parte, en el programa para Marte de investigaciᅵn de desarrollo de recursos in situᅵse propone que se produzca en ese planeta el propergol necesario para la propulsiᅵn del vehᅵculo de ascenso que llevarᅵa a la tripulaciᅵn de vuelta a casa despuᅵs de su estancia en Marte. Frente a la posibilidad de extraer magnesio del suelo marciano para su uso como combustible para esta nave, en la actualidad se favorece la opciᅵn de producciᅵn de oxᅵgeno lᅵquido y metano como oxidante y combustible, respectivamente, a partir de los recursos marcianos. Sin embargo, curiosamente, la opciᅵn de tener un aterrizador hecho en parte de magnesio tambiᅵn se propuso en su dᅵa con objeto de su despedazamiento y aprovechamiento para combustible para la nave o etapa de ascenso una vez llegado el momento de abandonar el planeta.
Mientras que el oxᅵgeno/metano parece ser la opciᅵn mᅵs favorable como propergol a producir in situ para la nave de ascenso, el uso de magnesio sᅵ que podrᅵa constituir una interesante posibilidad para su uso en la fase de retropropulsiᅵn supersᅵnica que con gran probabilidad acabarᅵ siendo necesaria en una futura misiᅵn tripulada a Marte. Asᅵ lo han propuesto recientemente especialistas del Instituto Tecnolᅵgico de Georgia y del Centro Langley de la NASA, que en un artᅵculo publicado en la Revista de Propulsiᅵn y Potencia del Instituto Americano de Aeronᅵutica y Astronᅵutica han presentado el uso de un sistema de retropropulsiᅵn supersᅵnica para Marte basado en magnesio que se alimente del CO2 atmosfᅵrico.
Segᅵn esta propuesta, la nave de reentrada se alimentarᅵa del CO2 que se encontrara en su trayecto a travᅵs de la atmᅵsfera y lo utilizarᅵa, despuᅵs de su compresiᅵn, para quemar el combustible en forma de metal magnesio en estado sᅵlido que portarᅵa a bordo. El empuje generado serᅵa dirigido adecuadamente en el sentido del movimiento creando asᅵ un frenado por retropropulsiᅵn. Dependiendo de varios factores, de cobrar fuerza, esta propuesta podrᅵa suponer un bienvenido ahorro de varias toneladas para la nave de descenso en misiones tripuladas pero tambiᅵn para misiones robᅵticas de mayor tonelaje. En cualquier caso, la idea aᅵn requiere ser investigada con mayor profundidad.
Aᅵn hay muchos aspectos que precisan investigaciᅵn en el campo de la retropropulsiᅵn supersᅵnica en Marte. El aterrizaje de grandes masas en ese planeta sigue siendo un problema de enorme complejidad tᅵcnica que aᅵn no estᅵ resuelto, pero ideas como esta van sumᅵndose para que algᅵn dᅵa el camino pueda quedar despejado para una posible misiᅵn tripulada al planeta rojo.